Mensaje dentro de una botella 1

Hoy es uno de mis dias libres. Hoy me dispongo a rellenar unas paginas de ocurrencias, quizas alimentadas y tentadas por una pequena cantidad de vino que se a podera de mi cuerpo por momentos. Aqui, en londres, o mas bien en mi casa, rodeado del limpio olor de una colada recien tendida, que por carencia de espacio, ocupa el setenta y cinco por ciento de la casa, dandole una apariencia de zoco musulman, me dispongo a entregarme al oculto placer de la descripcion, al oculto placer de la palabra apropiada. La radio, compañera de mi silencio, suaviza cada calada de mentolado que gustosamente ingiero tras una copiosa comida a base de ensalada. El solo acto de escribir me excita enormemente. Como si de una energia extraña se tratara, recorre mi limitado cuerpo y me embriaga, si acaso mas, que el encantador vino que bebo. Las nubes tras la ventana, pasan empujadas por la suave brisa del Otono, mientras los arboles se deshacen paulatinamente de los resquicios del verano y convierten el suelo en naturaleza muerta. El azul del cielo se pelea por permanecer, transformandose en excusa, mostrando la belleza del paso del tiempo. Desde esta soledad en la que gustosamente me encuentro miles de pensamientos invaden mi consciencia. El juego. El sentido mas puro de la vida. Y no como metafora, utilizada tribialmente en la cotidianidad. Ahora recuerdo a Nieztsche y creo entenderle mejor. A su superhombre que no deja de ser mas ke un niño. Y solo un niño, porke solo en el se dan todas las condiciones del verdadero juego, abandonado en la madurez por impuestas formas de pensamiento, de produccion. Efectivamente, hoy mejor que nunca le entiendo. El juego, la creacion, el arte, el artista, el ser supremo, Dios. Pero cuando este no esta, cuando ha muerto…el hombre o el ser humano, para ser politicamente correctos. Hoy mi vida se me antoja un juego entre tanta determinacion. Pero solo cuando un juego puede ser abandonado, es un verdadero juego. En este momento me encuentro. Un dia libre. Manana trabajo. La colada, la compra, la limpieza de la casa…juego a ser mayor. Juego a su juego. Se llama, repetido por tantas consciencias, “esto es lo que hay, esto es la vida”. Y ahora soy yo el que lo convierte en un juego, porque yo decido cuando me retiro. Resultan divertido por momentos. Las obligaciones, el dinero, la renta…el cansancio, los momentos de presion, la desilusion, las alegrias. Todo ello son partes esenciales para su realizacion. Pero yo estoy de paso. Juego con los sistemas normativos creados, me deslizo por ellos, los interiorizo y me los creo, hasta que dejo de creermelos y los rompo. Libertad. Preciada palabra, cuya consecucion solo se hace posible atravesando las normas impuestas. Estas, como condiciones reales de posibilidad de la libertad misma. Deje Madrid, para jugar otro juego, pero de este ya me he aburrido. Y se que me he aburrido, porque he llegado a su fin. Lo he conquistado. No se muy bien cuando y el que, pero una extrana sensacion me lo indica. Ha llegado el momento de jugar otro…hasta cuando? Esto es lo unico a lo que no tengo respuesta. La conclusion de hoy: “La esencia del juego es poder abandonarlo”.

(Si la esencia del juego es poder abandonarno y la esencia de la verdadera vida es el juego…)

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Colaboración hecha para El Espiritu de la Salsa por Nomar desde Londres.
Esperamos pronto una nueva entrega.
*;)