domingo, febrero 19, 2006

Aeropuertos

Siempre me han impresionado los aeropuertos, pero solo hasta el año pasado, que estaba un día esperando el metro, se preguntaran que tiene que ver una cosa con la otra, pues nada, no tiene nada que ver aparte de que soy una persona muy dispersa. De repente estaba yo allí esperando el metro y ¡¡ Chas ¡¡ me vino la idea a la cabeza: Un puerto aéreo. O sea que los aviones son barcos del cielo y navegan por entre un mar de nubes. Que bonito verdad, ( se me ocurrió a mí )… pues en ese momento yo hubiera dado cualquier cosa por volar pues ya llegaba media hora tarde al trabajo, es uno de esos pequeños inconvenientes de echar un polvo mañanero.

Pues diga lo que diga el señor alcalde, el metro de Madrid, no vuela… y a veces, frecuentemente se estropea. Pero los aeropuertos, los aeropuertos tienen que tener un funcionamiento perfecto, o se imaginan ustedes que hubieran atascos aéreos y los angelitos de San Pedro, estuvieran ordenando el trafico:

-.No por ahí no, Gili. Ufff¡¡ GILIPICHIS¡¡, por la nube de tormenta a la derecha los que vayan para asía.-

Y ahí tendrían al angelito de Nepal, indicando:

- La prisa mata, suspendámonos en el aire por unos minutos y pensemos en las raíces de las orquídeas.-

Se lo imaginan, pues yo también, un autentico caos, nadie llegaría a tiempo nunca… por eso los aeropuertos están tan estrictamente organizados.

Pero que es lo que más me gusta de los aeropuertos, la gente, y es que siempre ves a gente maravillosa en los aeropuertos, gente como muy interesante, gente que viaja, que lleva maletas, ¿ y que llevaran en la maletas? Esta pregunta también se la debe de haber hecho muchas veces la policía, pues se pasan muchas horas cotilleando maletas, una vez había una señora delante de mi y la policía, (era una mujer), iba enumerándole a su compañero el equipaje de esta señora con unos cincuenta años muy bien llevados:

- Dos pijamas, Cuatro bragas, ¿No se va usted quince días? ¿y el resto de días que se pone?.
- Es que voy al caribe
- Ah, entonces no me diga más, tendrá usted puestas otras cosas ¿no? cinco camisetas, tres vestidos, el neceser y nada mas… a no espera, en el bolsillo secreto, una bolsa de terciopelo rojo con UN CONSOLADOR CONEJITO RANPANTE¡¡¡

La señora, ya estaba roja de espanto sin saber que cara poner cuando la policía, le pide que se acerque un poco y con la voz un poco mas baja le pregunto:

- ¿Y que tal es?¿ Merece la pena?
- Es una delicia.-

Y ahí estaba yo, esperando mi turno para que me cotillearan la cantidad de agujeros que tengo en los calcetines y como casi toda mi ropa interior tiene un color rosa imposible porque se destiño una lavadora, a punto de perder e avión y estas haciéndose amiguitas¡¡¡ ¿ Se lo pueden creer?

Pues si en los aeropuertos y en lo vuelos pueden pasar millones de cosas asombrosas.

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