lunes, julio 26, 2010

Ardiendo








Mi cabeza esta ardiendo
se desploma
deslizante por la espalda
queda detenida en una nalga





Bajo la boca mastico sueños
como cristales rotos
escupiendo palabras
evitando agujeros



Mi cuerpo esta ciego
hibernando deseos
olvidando olores
cercenando besos



Bajo mi falda al viento
mi oasis esta seco
entrada cerrada
pasadizo secreto



Mis ojos están desiertos
acumulo miradas
fotografías borrosas
alimentos melancólicos



Bajo mis manos
tiemblas mil veces
mi corazón
conoce tu miedo



Asor Rosa


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Para los antiguos egipcios constituía -tal vez- la más importante de las aves sagradas y simbolizaba la esperanza y la continuidad de la vida después de la muerte. Unas veces era representado como una especie de águila, revestida de plumas doradas y rojas, los colores del sol naciente.

Su voz era melodiosa, pero se hacía tan lastimera a la hora de su muerte que -consternadas las demás criaturas por su melancólica belleza- acababan expirando también.

Su nombre egipcio “fenu” puede ser traducido como “el brillante” (tal vez por el color de sus plumas), lo que explicaría por qué en Heliópolis pudo ser interpretado como símbolo de la luz. Estaba íntimamente relacionado con la divinidad solar, y ya en época tardía se le asoció también al planeta Venus.

Todos los amaneceres, y conforme a las creencias egipcias, este pájaro, garza o águila se “creaba a sí mismo” elevándose en ardiente llama sobre el sicomoro celestial, o como el “alma de Osiris” que descansa por la noche en este árbol sobre el sarcófago del dios.

Anónimo dijo...

Para los antiguos egipcios constituía -tal vez- la más importante de las aves sagradas y simbolizaba la esperanza y la continuidad de la vida después de la muerte. Unas veces era representado como una especie de águila, revestida de plumas doradas y rojas, los colores del sol naciente.

Su voz era melodiosa, pero se hacía tan lastimera a la hora de su muerte que -consternadas las demás criaturas por su melancólica belleza- acababan expirando también.

Su nombre egipcio “fenu” puede ser traducido como “el brillante” (tal vez por el color de sus plumas), lo que explicaría por qué en Heliópolis pudo ser interpretado como símbolo de la luz. Estaba íntimamente relacionado con la divinidad solar, y ya en época tardía se le asoció también al planeta Venus.

Todos los amaneceres, y conforme a las creencias egipcias, este pájaro, garza o águila se “creaba a sí mismo” elevándose en ardiente llama sobre el sicomoro celestial, o como el “alma de Osiris” que descansa por la noche en este árbol sobre el sarcófago del dios.

A. dijo...

Al igual que nosotras nos creamos-recreamos cada dia y cada noche, cultivando palabras y cosechando secretos.

*:)

te quiero Nen

Anónimo dijo...

ayyyy que me parto la caja he vuelto a publicar por duplicao! solo quedará la risa!

A. dijo...

*:)

Lo bueno 2 veces, dos veces bueno siempre

jajaja

Stef dijo...

Me encanta cuando dices que la cabeza quedó detenida en una nalga... Y el ave fénix, uno de los pasajes más hermosos de la mitología universal..

A. dijo...

si, el ave fenix es un ideal de vida

gracias

*:)