vio al muerto en un árbol,
colgando como una fruta
el viento lo mecía
como niño de cuna.
creció entre cazuelas,
preparando biberones,
a un rebaño de niños.
sabía de la guerra,
sabía de la muerte,
sabía de la vida.
tiene los ojos espantados
y un humor oscuro
vuelca en carcajada
su risa.
ahora es mujer niña,
su mirada se deslumbra
cuando amanece un nuevo día.
tiene los ojos profundos,
su cabeza es un torbellino feliz
pues no tiene memoria.
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